miércoles, 7 de octubre de 2009

Gigantes de sumpa


Hoy vamos a tratar sobre un tema de mi país ecuador hablaremos sobre una misteriosa raza de gigantes que habitaron en mi país o aun siguen habitando.

En la actual península de Santa Elena llamada Sumpa en tiempos prehistóricos, gobernaba el Cacique "Tumbe" y a su muerte lo sucedió su hijo segundo "Otoya", que dejase llevar por los más bajos, sentimientos y tiranizó a la región convirtiendo a los pobladores en víctimas de sus excesos. Los hombres realizaban trabajos forzados y las mujeres engrosaban su harén, pero una mañana divisaron enormes balsas que se acercaban a la playa y fondearon en medio mar; de ellas bajaron enormes hombres que al tocar el agua aun sobresalían de la cintura para arriba y caminando a la playa se acostaron a reposar y roncaban tan alto y fuerte que por poco desgajaban las ramas de los más cercanos árboles.

Horas después y ya despiertos, no encontrando cosa alguna de comer en los alrededores, fueron a un prado cercano y dieron buena cuenta de más de cien llamas, tomaron de las patas y las mataron en un santiamén. Con troncos de mangles hicieron una fogata, medio cocinaron sus carnes y las devoraron. Bien se conocía que llegaban con hambres atrasadas porque no contentos con eso arrasaron con frutas, verduras y legumbres en un radio de dos kilómetros a la redonda, sin encontrar seres humanos, porque los sumpeños habían tenido la buena idea de subirse a los más lejanos árboles, a contemplar la escena.

El mejor plantado súbdito de Otoya no llegaba ni a la barbilla de un gigante, cuyos dedos eran del grosor de un tronco de guasango y desde ese día pasaron a ser esclavos de estos nuevos señores, iguales o peores que Otoya, quienes construyeron fortalezas de grandes dimensiones desde donde salían en sucesivos viajes a devastar los contornos, acabando con sembríos, rebaños y poblaciones para satisfacer su voraz apetito. Nada les llenaba, una sementera era poca cosa, necesitaban más y como eran jóvenes y juguetones, cierto día apresaron a Otoya y en son de broma le dieron muerte cruel y así terminó este desgraciado príncipe.