martes, 6 de octubre de 2009

El misterio de tunguska


El 30 de junio de 1908 se produjo una explosión que fue detectada por numerosas estaciones sismo gráficas alrededor del mundo. Su magnitud fue tal que incluso pudo ser registrada por un barómetro de una oficina meteorológica del Reino Unido, ubicada a miles de kilómetros de distancia, gracias a fluctuaciones que causó en la presin admosferica. Mucho menos sutiles, los efectos en las inmediaciones del “punto cero” incluyeron el derribo de todos los árboles situados en un área más de 2000 kilómetros cuadrados. En poblados situados a 400 kilómetros del epicentro de la explosión la onda expansiva tuvo la potencia suficiente para romper ventanas y derribar a personas adultas. A 600 kilómetros del impacto, en el distrito de Kansk, los pobladores cuentan que algunos marineros y caballos fueron derribados por la onda de choque, mientras las casas temblaban y la vajilla se rompía. Incluso el conductor del famoso tren Transiberiano tuvo que detener la marcha por que temía que las vibraciones hiciesen descarrilar el convoy.
Evento Tunguska: los efectos en las inmediaciones del “punto cero”
Algunos testigos reportaron que durante las semanas siguientes al evento, las noches fueron tan brillantes que en varios lugares de Rusia y Europa se podía leer luego de la puesta del sol sin necesidad de lámparas o velas. Ya te puedes imaginar lo que habrá significado eso en una época en que casi nadie había visto un automóvil o un aeroplano, donde la vida era sencilla y predecible, en un mundo que no conocía la televisión y la radio apenas estaba naciendo.Los registros muestran que incluso en los Estados Unidos varios observatorios astronómicos, inclusos los del Monte Wilson y el Smithsonian, encontraron una significativa disminución de la transparencia atmosférica que se prolongó durante varios meses. Ese efecto, fruto de la cantidad de polvo que se lanzó a la atmósfera, se asociaría años más tardes a las bombas nucleares, y se lo denominaría “invierno nuclear”, dada la potencial capacidad que tiene una explosión de este tipo de sumir al planeta en un largo y oscuro “invierno” fruto del oscurecimiento de la atmósfera. De hecho, los expertos calculan que el Evento Tunguska liberó la energía equivalente a una bomba atómica de 10 a 15 megatones, donde un megatón equivale a la explosión de un millón de toneladas de TNT. Para que te des una idea de lo que esto significa, recordemos que la arrojada sobre Hiroshima tenía “solo” 0.015 megatones, y arrasó una ciudad entera.Afortunadamente, Siberia era una zona muy poco poblada. De hecho, en muchas regiones aun hoy se pueden recorrer cientos de kilómetros sin encontrar ni rastros de la humanidad. Si el Evento Tunguska hubiese tenido lugar sobre una zona densamente habitada, como Europa o América, los muertos se hubiesen contado por millones. La mayoría de los testigos de la explosión de 1908 pertenecían a la población Tungus, una tribu nómada de origen mongol que sobrevivía en las frías estepas gracias al pastoreo de renos. Estas personas contaron que vieron caer un objeto que “brillaba como el Sol”.

Este es un gran misterio que todavia sigue manteniendo en el velos de lo oculto y lo paranormal.

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